Vértigos y mareos: Diagnóstico y tratamiento
¿Qué son los vértigos?
Se definen por la sensación de giro o de movimiento del entorno o de la persona, pudiendo ir acompañados de náuseas, vómitos e inestabilidad.
Diagnóstico de los vértigos.
Para conseguir un tratamiento eficaz y adecuado es necesario realizar un diagnóstico previo correcto que permita localizar el origen del problema (oído, columna cervical, etc.), utilizando la tecnología más avanzada.
Para conseguir los mejores resultados es imprescindible empezar el tratamiento lo antes posible.
Los vértigos afectan a la calidad de vida de los pacientes, incapacitándoles para la realización de las actividades cotidianas.
en Vitoria-Gasteiz, Centro Médico Klinik
El Dr. Xavier Pujolàs, especialista en otoneurología, es experto en el tratamiento de los trastornos del equilibrio. Gracias a su amplia experiencia y a la utilización de los recursos tecnológicos más modernos, realiza un diagnóstico preciso y correcto de este tipo de problemas, lo que permite un tratamiento de máxima eficacia, adaptado a cada paciente.
Síntomas de los Vértigos.
Lo habitual en las personas que padecen de vértigos es tener la sensación de giro de objetos (vértigo procede del latín "vertere" que significa "dar vueltas"); también pueden notar inestabilidad o sensación de borrachera, junto con náuseas y/o vómitos.
Estos síntomas provocan al paciente una incapacidad severa, impidiéndole llevar una vida normal.
Causas de los Vértigos.
A pesar de que la mayoría de los vértigos tienen su origen en el oido interno (laberinto posterior), también pueden ser provocados por problemas cervicales de tipo propioceptivo o alteraciones del sistema nervioso central (tumores, problemas vasculares, enfermedades desmielinizantes, etc.).
Entre las causas del oído destaca el vértigo paroxístico posicional benigno (VPPB). También, la neuritis vestibular (inflamación del nervio vestibular), la Enfermedad de Ménière, etc.
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Tratamientos de los Vértigos.
Los tratamientos de los problemas del equilibrio se adaptan a cada individuo y abarcan desde la toma de fármacos, al uso de la rehabilitación vestibular, la fisioterapia (masajes cervicales), incluso la cirugía (aunque muy raramente).
Si nos ceñimos a la otorrinolaringología, son los expertos en otoneurología los profesionales idóneos. Por un lado, para llevar a cabo las pruebas necesarias a la hora de diagnosticar con precisión a cada paciente. Por otro, para determinar el tratamiento correcto.
Tratamiento con medicamentos
Tratamiento fisioterapéutico
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Tipos de vértigos.
Vértigos de origen cervical.
Se trata de un vértigo causado por la compresión de los receptores propioceptivos situados en la musculatura cervical. De ahí que este tipo de vértigos puedan presentarse en adultos jóvenes y en adolescentes en los que no existe ningún tipo de artrosis cervical. La hipótesis vascular, que atribuye este problema a un déficit de riego sanguíneo, está en actualidad totalmente descartada.
Vértigos otológicos.
Aquí encontramos el vértigo paroxístico posicional benigno o la enfermedad de Ménière. Otras causas otológicas pueden ser la neuritis vestibular, los traumatismos laberínticos, etc.
Vértigos posicionales.
El vértigo paroxístico posicional benigno (VPPB) es un tipo de vértigo periférico muy habitual. Los episodios suelen ser de muy corta duración (duran segundos).
El paciente sólo se marea si se echa sobre el oído afectado. Para diagnosticarlo es imprescindible realizar la maniobra diagnóstica Dix-Hallpike.
La enfermedad de Ménière.
La enfermedad de Ménière (EM) es un tipo de vértigo periférico ocasionado por un aumento de la presión del líquido endolinfático. Las crisis de vértigo, en este caso, suelen conllevar pérdidas de audición, acúfenos, nauseas y vómitos.
Para realizar estos u otros tratamientos de las enfermedades de oido, nariz y garganta, no dudes en acudir a la consulta del Otorrinolaringólogo.
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Preguntas y dudas más frecuentes sobre los vértigos.
Vértigos y embarazo.
Los mareos suelen ser frecuentes durante el embarazo, especialmente en los primeros meses. Sin embargo, suelen estar ligados a la disminución de la presión arterial. En este caso, el vértigo no es una enfermedad, sino un síntoma. Es decir, no está asociado a desórdenes del oído interno o del sistema central sino a desequilibrios del sistema circulatorio que irán mitigándose con el paso de las semanas.
Vértigos y ansiedad.
La tensión física o el desgaste emocional pueden desembocar en situaciones de estrés que, en ocasiones, traen consigo vértigos. Se trata de una sensación de mareo y aturdimiento que responde a una patología psicosomática y que suele venir acompañado de episodios de ansiedad.
La psicoterapia suele ser en estos casos el tratamiento más adecuado junto a la farmacología. Esta última de forma pasajera.
Vértigos y dolor de cabeza.
El vértigo es sin duda molesto, pero sus consecuencias pueden ser muy incapacitantes. Las náuseas, vómitos y la sensación de mareo constante pueden dejar postrada en la cama a una persona durante días. A este malestar se suma habitualmente el dolor de cabeza, que puede desembocar en crisis de migrañas.
Vértigos y estrés.
Como hemos comentado, las situaciones de estrés pueden desembocar en episodios de vértigos. Este tipo de vértigo se produce por un aumento de la presión en la zona cervical (contractura muscular cervical). La ansiedad puede provocar hiperventilación, que también puede llevar a mareo.
¿Cuánto duran los vértigos?
Toda persona es susceptible de padecer vértigo. La duración dependerá del origen del mismo. Por ejemplo, la Enfermedad de Ménière es un problema crónico, dura toda la vida. La neuritis vestibular dura varios meses. El vértigo paroxístico posicional benigno (VPPB), cuyas crisis duran varios segundos, suele durar varias semanas, etc.
