Amigdalitis: Diagnóstico y tratamiento

¿Qué es la amigdalitis?

La amigdalitis es una infección o inflamación de las amígdalas. Las amígdalas son glándulas formadas por tejido linfático situadas en ambos lados de la garganta, por encima y detrás de la lengua. Son parte del sistema inmunitario y ayudan al cuerpo a combatir infecciones.

Síntomas de la amigdalitis.

El principal síntoma de amigdalitis es el dolor de garganta junto con la fiebre, que puede ser alta (generalmente superior a 39º). La garganta y las amígdalas suelen aparecer enrojecidas e hinchadas, pudiendo presentar manchas blanquecinas o pus que las cubren total o parcialmente.

Muy frecuentemente está acompañada de una inflamación de los ganglios linfáticos del cuello (adenopatías) y de malestar general (cansancio, cefalea, etc.)

Causas de la amigdalitis.

La mayoría de las veces la amigdalitis está causada por un virus. Cuando es de causa bacteriana el agente causal suele ser el Streptococcus Pyogenes (Estreptococo beta hemolítico del grupo A), aunque también puede ser provocada por Haemophilus Influenzae, Staphylococcus Aureus y Staphylococcus Pneumoniae.

El Dr. Xavier Pujolàs, especialista en otoneurología, es experto en el tratamiento de las patologías de la garganta. Gracias a su amplia experiencia y a la utilización de los recursos tecnológicos más modernos, realiza un diagnóstico preciso y correcto de este tipo de problemas, lo que permite un tratamiento de máxima eficacia, adaptado a cada paciente.

Diagnóstico de la Amigdalitis.

El diagnóstico se realiza tras observar la faringe mediante un depresor lingual, pudiendo complementarse con una prueba rápida de laboratorio para estreptococos y/o un cultivo de exudado faríngeo (preferible, por ser más preciso). Estas pruebas mostrarán si la amigdalitis está causada o no por bacterias (Estreptococo, etc.).

Es caso de sospecha de mononucleosis infecciosa (causada por el virus de Epstein-Barr), se puede realizar un test rápido (Paul-Bunnell) o, preferentemente, un análisis de sangre para buscar anticuerpos contra dicho virus.

Tratamientos de Amigdalitis.

La amigdalitis causada por un virus suele desaparecer por sí sola. El tratamiento se centra en ayudar a que se sienta mejor. Para ello se prescriben analgésicos y antitérmicos (ibuprofeno, paracetamol). Si la amigdalitis está causada por estreptococos u otro tipo de bacterias el paciente necesitará tomar antibióticos. Los antibióticos, además de curar la infección, evitan las complicaciones derivadas de la infección estreptocócica (fiebre reumática, glomerulonefritis, etc.).

Si las medidas anteriores fracasan conviene valorar una eventual cirugía. La amigdalectomía estará indicada cuando las amígdalas son tan grandes que dificultan la respiración, la deglución (el poder tragar) o producen apnea obstructiva del sueño.

Otras indicaciones dependen del criterio del médico y son: amigdalitis de repetición (más de 6 o 7 episodios de amigdalitis en el último año, más de 5 episodios al año en los dos últimos años o más de 3 episodios al año en los últimos tres años); estado de portador crónico del estreptococo; desarrollo de un absceso (colección de pus) periamigdalino recurrente.

La amigdalectomía es un procedimiento muy seguro, con muy pocas complicaciones. Se puede realizar mediante cirugía ambulatoria (de corta estancia), con anestesia general, pero es preferible que el paciente se quede en el hospital un día para tenerlo bajo control y evitar las complicaciones de la hemorragia severa. En ambos casos los pacientes se recuperan en pocos días.

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Preguntas y dudas más frecuentes sobre la amigdalitis.

Amigdalitis y niños.

Las amigdalitis víricas son las más frecuentes, especialmente en los niños menores de tres años. Además del dolor de garganta, suelen dar fiebre no muy alta (menos de 39 ºC). Se acompaña de síntomas catarrales con tos y mucosidad nasal.

Las amigdalitis bacterianas son raras en los niños pequeños y algo más frecuentes en los niños mayores de cinco años. Suelen dar fiebre muy alta, de inicio brusco (más de 39 ºC y hasta 40 ºC), en picos frecuentes que se asocian a escalofríos. No suele haber síntomas catarrales.

Amigdalitis y faringitis.

La amigdalitis consiste en la inflamación o infección de las amígdalas, mientras que la faringitis es la inflamación de la mucosa faringea.

La diferencia está en la zona afectada dentro de las vías respiratorias superiores. Los síntomas de ambas infecciones son prácticamente iguales: dolor e irritación de la garganta, dificultad a la hora de tragar, inflamación de la zona afectada.

Los agentes patógenos suelen ser los mismos (virus, bacterias).

Amigdalitis y dolor de oido.

Si bien puede existir teóricamente una infección simultánea de las amígdalas y del oído medio (otitis media), en la práctica el dolor de oído u otalgia que se asocia a la amigdalitis es de carácter reflejo, es decir, el dolor amigdalar se irradia o refleja en el oído (otalgia referida).

Amigdalitis y embarazo.

Durante el embarazo, el sistema inmunológico de la madre se suprime para proteger al feto, que es percibido como un cuerpo extraño porque es genéticamente diferente. Esta circunstancia es aprovechada por virus y bacterias para causar amigdalitis y otras enfermedades (gripe, etc).

El tratamiento es el mismo que se da a la mujer no embarazada (antibióticos, antigripales), con resultados igualmente satisfactorios, que no comprometen la salud del feto.

¿La amigdalitis se contagia?

En la medida que la amigdalitis está causada por virus (virus de Epstein-Barr, virus Herpex simplex, etc.) o bacterias (Streptococcus pyogenes, Haemophilus influenzae, etc.) se trata de una enfermedad contagiosa.

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